Duendecillo de forma humana,con mucho vello,cubierto de una especie de pelo sedoso en las palmas de las manos y los pies,en algunas ocasiones tenia dos pequeños cuernecillos.
No era visible al ojo humano pero si se le oia por su forma rapida de hablar con un murmullo inentiligible.
En ocasiones se manifestaba con una violencia rabiosa pero por lo general es tranquilo y sosegado; suele vivir en las cuadras y cuevas. Los Trasgus son muy útiles, pues prestan bastantes servicios domésticos, especialmente los relacionados con los trabajos hogareños.
A cambio de sus trabajos exigen como pitanza un pocillo de leche y después se quedan tranquilos, pero a veces les dan arrebatos y comienzan a producir ruidos y estruendos, dando golpes en las puertas y ventanas y golpean cristales con los nudillos de los dedos, hacen rechinar las bisagras; también tiran piedras, rompen las ollas y cambian todos los cacharros de la cocina del lugar. Después de tales jugarretas, terminan refunfuñando, haciendo muecas y pantomimas.
En la noche era el dueño absoluto de la casa,asi que si habia algo fuera de lugar se le atribuia a su persona.
La interpretacion y escorzo que de este duendecillo pilluelo hizo Manuel Llano se encierra en el siguiente relato:
El trasgu es un hombrucu mas negru que el sarru,que esta vestiu de colorau y siempre rie como un venturau. Los ojos los tien muy verdes y las melenas muy negras.El trasgu entra en las casas por las troneras y chimeneas y desde que entra hasta que sale no haz mas que picardias.Es muy brivon pero na mas.